El líder de los rebeldes sirios se prepara para la transición tras la caída de al Assad

En la Plaza de los Omeyas de Damasco, multitudes celebraron el fin del mandato de Bashar al Assad. Se complica la situación de los refugiados que escaparon hacia países de la Unión Europea.

El líder de los rebeldes sirios, el islamista Abu Mohammad al Jolani, se reunió este lunes con el exprimer ministro del país para coordinar el "traspaso de poder", al día siguiente de la caída del gobierno de Bashar al Assad tras una ofensiva relámpago. En la Plaza de los Omeyas de Damasco, la capital siria, multitudes se congregaron desde temprano para celebrar el fin del mandato de al Assad.

Con la caída del presidente sirio, la situación de los refugiados que escaparon hacia países de la Unión Europea se complejiza con el anuncio de Austria, Alemania, Bélgica, Dinamarca, Suecia, Noruega, Suiza y Reino Unido de suspender las solicitudes de asilo de ciudadanos sirios. Al Assad huyó de Siria ante el rápido avance de una coalición de rebeldes liderados por la organización islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS), que tomó la capital el domingo y puso fin a más de cinco décadas de gobierno de la dinastía fundada por el padre de Bashar, Hafez al Assad.

"Llevamos mucho tiempo oprimidos"

Al Jolani, que usa ahora su verdadero nombre Ahmad al Shareh, se entrevistó este lunes con el exprimer ministro Mohamed al Jalali "para coordinar un traspaso del poder que garantice el suministro de los servicios" a la población, indicaron los rebeldes en un comunicado. El partido Baaz, del presidente derrocado, subrayó que apoya una transición "para defender la unidad del país".

El gobierno que al Assad heredó de su padre Hafez creó un complejo de cárceles usado para reprimir cualquier disidencia al partido gobernante. Miles de personas se reunieron el lunes frente a la cárcel de Sednaya, un símbolo de las atrocidades cometidas en las últimas décadas, para buscar a sus familiares, muchos de los cuales estuvieron años en este recinto en las afueras de Damasco.

Los Cascos Blancos, una red de socorristas que durante el conflicto operaron en las zonas controladas por los rebeldes, informaron que buscan a prisioneros atrapados en escondites y sótanos. Aida Taha, de 65 años, contó que recorrió las calles "como una loca" en busca de su hermano, detenido en 2012. "Llevamos mucho tiempo oprimidos", afirmó la mujer que señaló que todavía hay detenidos en los sótanos y que necesitan los códigos de las puertas para entrar.

El Parlamento de Siria afirmó este lunes que va a "aceptar la voluntad del pueblo" y en la Plaza de los Omeyas de Damasco muchas personas se congregaron desde temprano para celebrar. "Nunca pensamos que esta pesadilla fuera a terminar", dijo Rim Ramadan, de 49 años, que acudió a la rotonda donde muchos sirios agitaron la bandera con tres estrellas rojas, símbolo de la oposición siria.

Al Jolani afirmó el domingo desde la mezquita de los Omeyas de la capital siria que el triunfo de los rebeldes lo era "para toda la comunidad islámica". Al Jolani, nacido en 1982, se distanció de su pasado vinculado a organizaciones yihadistas como Al Qaeda. Además se deshizo de su turbante y recortó su larga barba, para lucir un estilo más prolijo y ropa militar occidental. Pero HTS sigue siendo considerada como un grupo "terrorista" por los gobiernos occidentales.

"Nuestras fuerzas están completando el control de la capital y preservando las propiedades públicas. El nuevo gobierno iniciará sus trabajos inmediatamente después de su formación", dijo la HTS a través de un comunicado publicado en Telegram después del encuentro. En el texto marcaron como prioridad la garantía de las libertades personales y los derechos individuales como "base de la construcción de una nación civilizada", en medio de un toque de queda que impuesto en la capital y otras ciudades.

El Mando General del HTS también concedió un "indulto general" a todo el personal reclutado para el servicio militar durante el mandato de al Assad. Por su parte la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea (UE), afirmó este lunes que no mantiene contactos con el HTS, según expresó un portavoz de la comisión, que reconoció que el grupo es objeto de sanciones de la ONU debido a su vinculación con movimientos islamistas.

A pesar de ello, las autoridades británicas y alemanas dijeron estar estudiando la posibilidad de retirar al grupo yihadista de la lista de organizaciones terroristas, considerado actualmente como tal por su vínculo con Al Qaeda. Ambos países señalaron estar dispuestos a reevaluar la situación del HTS teniendo en cuenta "sus acciones" en el marco del derrocamiento del régimen de al Assad. Según reportaron medios rusos, el presidente encontró asilo en Rusia, a pesar de que el Kremlin se negó a confirmar dicha información este lunes, incluso con la embajada siria en Moscú izando la bandera de la oposición.

Entre la repatriación y el exilio

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), una ONG con sede en Reino Unido que monitorea el conflicto, estima que al menos 910 personas, entre ellas 138 civiles, murieron desde el inicio de la ofensiva de los rebeldes el 27 de noviembre. La Unión Europea (UE) había celebrado la caída de al Assad como el fin de una "dictadura cruel", pero se mantendría atenta a los eventos con el temor de una nueva crisis migratoria, similar a la que se produjo en Libia tras ser derrocado Muamar el Gadafi.

En Austria, por ejemplo, se detendrán todos los procedimientos en curso y se dieron instrucciones para "preparar un programa ordenado de repatriación y deportación a Siria", según detalló Gehrard Karner, el ministro de Interior del país, el primero en hacer pública su política. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur), Filippo Grandi, advirtió de que Siria encara ahora "una encrucijada entre la paz y la guerra, entre la libertad y la anarquía, entre la prosperidad y la miseria". Para los refugiados, esta doble vía implica separar la repatriación de la continuación del exilio.

"Todo depende de que haya una transición pacífica, que respete la vida y las aspiraciones de todos los sirios", subrayó Grandi. La de Siria es considerada la mayor crisis de desplazamiento de todo el mundo, con más de 14 millones de personas fuera de sus hogares. La cifra comprende 7,2 millones de desplazados internos y 6,8 millones de refugiados en países vecinos, con más de medio millón de ellos siendo recibidos por países de la UE.

Tres frentes tras la caída

A pesar del horizonte esperanzador, Siria recibió la salida de al Assad con una serie de combates desplegados en varias zonas de su territorio. Al nordeste del territorio se sostiene un nuevo frente de batalla, donde las fuerzas de la coalición rebelde, lideradas por el HTS, continúan presionando a los kurdos, fieles a al Assad, para controlar el resto del territorio sirio.

Las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), la alianza desplazada por los insurgentes, señaló que combaten a "los terroristas apoyados por Turquía en Manbech", una ciudad al norte de Alepo, la primera ciudad tomada por los rebeldes. Al menos 12 personas murieron como consecuencia de un ataque de drones turco, según informaron las FSD. Asimismo Israel volvió a involucrarse en la zona desmilitarizada de la frontera sur de Siria, donde desplegó sus tropas el domingo.

El ministro israelí de Exteriores, Gideon Saar, aseguró que la presencia de sus tropas es "limitada y temporal", mientras que el Ejército israelí confirmó haber tomado la parte siria del Monte Hermon, y apuntaron hacia la ocupación de los Altos del Golán, un territorio que anexaron como parte de su territorio en 1981, sin aval internacional. Las autoridades de Egipto y Jordania denunciaron este despliegue el lunes, señalándolo como "una violacion del derecho internacional, una escalada inaceptable y una ofensa de la soberanía de un Estado árabe".

Mientras tanto, Estados Unidos sostuvo una serie de ataques contra objetivos del grupo yihadista Estado Islámico (ISIS) este domingo, en el centro de Siria, con 75 posiciones de la milicia insurgente como objetivo. El jefe del Mando Central estadounidense, Erik Kurilla, justificó los ataques afirmando que no permitirá que ISIS aproveche la coyuntura actual para recuperar terreno.