Un bebé de un año murió frente a su papá y su abuelo después de que se le cayera una pared encima
A pesar de que lo llevaron de inmediato al hospital, el nene falleció como consecuencia de las heridas.
Un trágico episodio en una granja tuvo como resultado la muerte de un bebé de un año. El pequeño había ido con su padre a visitar a su abuelo, pero mientras estaban en el granero donde se alojaban los corderos, una pared se derrumbó sobre él provocándole graves lesiones en su cabeza.
El hecho ocurrió en Mildenhall, West Suffolk, Inglaterra, el 5 de abril de este año, pero se viralizó en las últimas horas tras conocerse el veredicto del tribunal. La víctima, identificada como Roan Butcher, sufrió un paro cardíaco en el camino al hospital y murió.
El día de la tragedia, el padre del pequeño, identificado como Zach Butcher, había ido a buscar a su hijo a la guardería, para luego dirigirse a la granja y pasar la tarde junto al abuelo y a los animales de la familia. Sin embargo, un accidente cambiaría el destino de todos.
Según los relatos que sucedieron durante las declaraciones ante el Tribunal Forense de Suffolk, los corderos estaban encerrados en un granero rodeado por paredes de concreto de un metro de alto. En un momento, Zach agarró a Roan y lo levantó hasta el corral para luego pasar él también por encima del muro.
Pero en ese instante la pared se desprendió, derrumbándose hacia afuera y cayendo encima de Roan. Los adultos actuaron de inmediato: llamaron a emergencias, asistieron al pequeño y salieron rápidamente hacía el hospital. Sin embargo, en el camino el bebé sufrió un paro cardíaco.
Los médicos, alertados de la situación se dirigieron rápidamente hacia donde estaba el niño para asistirlo y lo cargaron en la ambulancia mientras realizaban maniobras de reanimación. Pero Roan tenía una lesión cerebral fue irreversible y murió poco después.
Peter Stickley, un inspector que participó de la investigación afirmó que solo una pequeña cantidad de fuerza fue suficiente para provocar el derrumbe del muro de hormigón y que la familia del menor no pudo hacer nada para evitar la tragedia.
“Era imposible saber que el muro iba a caer, hasta que se aplique la fuerza correcta en el lugar correcto”, precisó Stickley y agregó que “podías sacudir la pared en la parte superior y pensar que no era resistente, pero no lo sabrías hasta el último minuto”. Finalmente, la muerte del niño fue registrada como un accidente.